En esa esquina donde Martín Rodríguez parece que se cae en el Riachuelo aunque Pedro de Mendoza lo agarre del brazo, nos juntamos los compañeros a emocionarnos un poco. No fue un acto, ni una misa. Fue una cita, donde hubo más abrazos que palabras, más certezas que tristezas, mas ganas de subirse al colectivo popular que nos invita a pasear por la realidad para cambiarla, porque ella tampoco se quiere perder esta epopeya maravillosa.
El Peronismo vuelve a enamorar, y es tan incorrecto y subversivo, que en vez de estar afligidos por la muerte de nuestro conductor, lo recordamos sonriendo y cantando la marcha, redoblando la apuesta ante cada problema, pensando propuestas superadoras al son de los bombos de una murga, y multitudes juveniles ganan las calles en busca de nuevos desafíos.
1 comentario:
una esquina,una calle,un barrio,una ciudad,un partido,una provincia y hasta una nacion merece ser llamada NESTOR KIRCHNER,por que fue un grande y los Argentinos jamas lo olvidaremos.
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