Estamos en un año electoral, donde el gobierno aspira a mantenerse en el poder, para profundizar los cambios que reclama una compleja realidad social. Mientras que la oposición quiere hacerse con el poder político para detener estos cambios y retomar el rumbo neoliberal de los años noventa. Esto es ratificado permanentemente con el silencio con que estos políticos ignoran en sus discursos expresarse sobre las políticas neoliberales criticándolas como correspondería.
Esa aspiración es compartida por los organismos internacionales de crédito como el FMI y por quienes han usufructuado internamente y externamente por décadas, de las condiciones por las cuales era la Argentina, una tierra de promisión para sus negocios financieros. Los cuales les permitían deglutir sin saciarse los dineros producidos por la economía argentina, a través de timbas, artilugios, bicicletas financieras, AFJPs, etc.
La oposición sabe perfectamente que de transitarse normalmente los meses que faltan hasta las elecciones, el gobierno seguramente renovará sus títulos por cuatro años más. Por lo tanto se plantean torpedearlo para desatar el estallido social que tanto anhelan. El que sumergiría al gobierno, de cumplirse sus deseos, en una espiral de ingobernabilidad creciente y caos, que lo ilegitimaría para continuar en el poder.
Tratando de lograr ese objetivo, buscan por todos los medios, que todas las problemáticas, se monten en un espiral de conflictividad creciente que termine sacudiendo los cimientos mismos de la gobernabilidad.
Este estallido será buscado afanosamente durante los meses por venir, tratando de encender la mecha en ámbitos donde las problemáticas sociales abundan, para que todo lo largamente esperado por la oposición, finalmente se desate.
Es evidente que el gobierno es consciente de esta situación y está decidido a ir disolviendo uno por uno todos los escenarios que intenten su debilitamiento y su destitución. Cuestión que tiene muy clara desde principios del 2008, cuando se desatara el mayor enfrentamiento con las patronales del campo y que se extendiera durante muchos meses.
Esta pulseada entre volver al pasado o construir el futuro, se dirimirá a lo largo de los meses que faltan hasta el acto eleccionario y hasta el mismo día de la elección.
Hasta ahora el pueblo, que la tiene muy clara, apoya incondicionalmente a nuestra presidenta, síntoma que es captado por las encuestas que se encuentran tanto en las manos de las autoridades gubernamentales como en las de la oposición.
Por supuesto que nuestro gobierno operará contrarrestando todo intento desestabilizador, porque sabe perfectamente que las situaciones que afectan la gobernabilidad actúan en su contra y en contra del bienestar del pueblo en su conjunto.
Pero es innegable que mucho dependerá del apoyo que el pueblo le brinde al proyecto oficial, que sin lugar a dudas es el proyecto que mejor resguarda sus intereses y que hasta ahora se muestra muy sólido.
Cosas vederes Sancho
Atentamente JUANCHO MILITANTE.
1 comentario:
OJO CON EL CABEZON,NO ES JODA,ESTE TIPO ES MUY PELIGROSO
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